Martirio de San Vitorés

Batalló incansablemente de palabra y obra, e incluso cuenta la tradición que convirtió al cristianismo a varios musulmanes, entre ellos a la hija del propio Zafa. Finalmente fue prendido y crucificado a las puertas de Cerezo. Desde la cruz seguía predicando, por lo que mandaron decapitarlo. La orden, prosigue la tradición, se cumplió junto al lugar de Quintanilla de las Dueñas (Quintanilleja). Sin embargo, San Vitores tomó la cabeza en una mano, se irguió y llegó hasta Cerezo, donde siguió animando a los cristianos durante tres días. Murió hacia el año 850.
Tal es la importancia del santo en esta zona, que todas las parroquias de los pueblos cercanos a Cerezo presentan algún altar consagrado al santo. En Leiva, existe una estatua en la Iglesia de la Purificación.
La tradición de celebrar una fiesta en honor al santo en el convento que se encuentra en Fresno de Río Tirón sigue en nuestros días, aunque, eso sí, con muchos cambios. La romería actual probablemente no tenga nada que ver con lo que se celebraba en otras épocas.
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Ignacio Izco -