Por el Camino de Santiago
Durante estos últimos días hemos estado recorriendo el Camino de Santiago con el fin de realizar un CD Rom y la actualización de la Guía que tiene Consumer. Tengo la intención de incluir la opción alternativa del Camino por Leiva. Veremos si conseguimos que poco a poco Leiva vuelva a ver pasar a un número interesante de peregrinos. De momento os invito a leer un texto sobre lo que me ha inspirado el Camino.
Impresiones peregrinas
Quizá lo que más llame la atención de todo lo que bulle alrededor del Camino de Santiago es que en pleno siglo XXI se produzca está moda entre espiritual y vacacional. Actualmente el Camino registra un auténtico boom que las diferentes administraciones no desaprovechan para expandir los encantos turísticos de sus respectivos terruños.
Los auténticos peregrinos son aquellos que anteponen la experiencia del Camino a cualquier elemento cotidiano: trabajo, estudios, familia, etc. y se lanzan a los páramos leoneses en busca de uno mismo y del sentido de la vida. Sin embargo la mayoría de las personas dispone de unos días de vacaciones (o de la eterna jubilación) y deben afrontar la experiencia en fechas determinadas.
En verano el Camino está atestado de gente, en gran parte turistas, que busca en la Ruta Jacobea unas vacaciones distintas, baratas y con la ración justa de espiritualidad para afrontar en otoño las dosis habituales de transporte público, correo electrónico, colegio de los niños, fútbol, telediarios y clases de aerobic. También durante la época estival son muchos los jóvenes que aprovechan la inocencia del Camino para realizar la primera escapada adolescente con el beneplácito de sus padres. Toda esta aglomeración irrita a los verdaderos peregrinos y a los hospitaleros que no dan abasto y ven con incredulidad como el Camino se ha convertido en una carrera por etapas en busca de un colchón altruista que soporte con estoicismo un turista tras otro.
Los peregrinos son la esencia del Camino. Los hay de todas las procedencias y de todos los lugares del mundo. Gente perdida en su laberinto vital, personas ante un reto semideportivo, jóvenes en busca de nuevas experiencias, yupis que rompen con el vértigo de la M-30 y de las Torres Picasso, estudiosos del románico y del gótico, ascetas iluminados por Dios, seguidores del Apostol Santiago, pícaros en busca de una cama gratis y brasileños con un libro de Paolo Coelho bajo el brazo, todos hacen del Camino durante unos días una manera de vivir. A todos ellos se les unen los viajeros turistas que se les hace difícil desconectar el móvil y piden con insistencia en el albergue un lugar para ver la final del Trofeo Carranza de fútbol.
Impresiones peregrinas
Quizá lo que más llame la atención de todo lo que bulle alrededor del Camino de Santiago es que en pleno siglo XXI se produzca está moda entre espiritual y vacacional. Actualmente el Camino registra un auténtico boom que las diferentes administraciones no desaprovechan para expandir los encantos turísticos de sus respectivos terruños.
Los auténticos peregrinos son aquellos que anteponen la experiencia del Camino a cualquier elemento cotidiano: trabajo, estudios, familia, etc. y se lanzan a los páramos leoneses en busca de uno mismo y del sentido de la vida. Sin embargo la mayoría de las personas dispone de unos días de vacaciones (o de la eterna jubilación) y deben afrontar la experiencia en fechas determinadas.
En verano el Camino está atestado de gente, en gran parte turistas, que busca en la Ruta Jacobea unas vacaciones distintas, baratas y con la ración justa de espiritualidad para afrontar en otoño las dosis habituales de transporte público, correo electrónico, colegio de los niños, fútbol, telediarios y clases de aerobic. También durante la época estival son muchos los jóvenes que aprovechan la inocencia del Camino para realizar la primera escapada adolescente con el beneplácito de sus padres. Toda esta aglomeración irrita a los verdaderos peregrinos y a los hospitaleros que no dan abasto y ven con incredulidad como el Camino se ha convertido en una carrera por etapas en busca de un colchón altruista que soporte con estoicismo un turista tras otro.
Los peregrinos son la esencia del Camino. Los hay de todas las procedencias y de todos los lugares del mundo. Gente perdida en su laberinto vital, personas ante un reto semideportivo, jóvenes en busca de nuevas experiencias, yupis que rompen con el vértigo de la M-30 y de las Torres Picasso, estudiosos del románico y del gótico, ascetas iluminados por Dios, seguidores del Apostol Santiago, pícaros en busca de una cama gratis y brasileños con un libro de Paolo Coelho bajo el brazo, todos hacen del Camino durante unos días una manera de vivir. A todos ellos se les unen los viajeros turistas que se les hace difícil desconectar el móvil y piden con insistencia en el albergue un lugar para ver la final del Trofeo Carranza de fútbol.
2 comentarios
Camino -
La asociación cultural ¿podría intentar algo?
José Ignacio -