Jesús Miguel Alonso, nuevo articulista en el diario La Rioja
Desde principios de febrero Jesús Miguel Alonso, Chumi, escribe periódicamente en el diario La Rioja. Reproducimos el segundo artículo que publicó. El primero lleva por título Mi tio Genaro y la bolsa
La Plazuela
ALONSO CHÁVARRI
Aquella pequeña plazuela, en la que vistosas gallinas picamierdas escarbaban las camas humeantes de las mulas, las cerdas paridas de la corte hocicaban en el aguadojo y perros de lirones corrían tras el lomo erizado de gatos de nadie, cerraba el universo de mi primera infancia. Allí planeaba, con mis primos, inútiles trampas para los gorriones, mientras mi abuelo picaba remolachas y patatillas, preparando el caldero de los cochinos, y esperábamos que las vecinas acabasen las letanías del rosario, para que nos diesen la merienda: pan con vino y azúcar o una rebanada untada de manteca.
En la solana de aquella plazuela riojana jugábamos los niños a la tuta, a mandar a Roma los palos de las hinqueras o a formar un círculo, cogidos de la mano, y cantar: «Ya está el gato en la talega, qué brincos pega, qué saltos da...», a la vez que las comadres jugaban a la brisca y se decían: «Arrastra de triunfo, ha de ser un bisbís, solo tengo un perrillo, la polla de oros gana, yo pongo la puta de bastos...», mientras, ayudadas del moquero, gesticulaban con simulo.
Y el tiempo eterno de la niñez corrió inclemente, tornó veloz y desagradecido, voló deprisa, llevándose con él los rostros amigos de la solana, los juegos olvidados de la infancia, las costumbres lejanas de la tierra riojana; y todo pareció disolverse en la modernidad y en la distancia; mas siempre hay un eco que nos llama, que nos devuelve a la patria del hombre: la niñez, y nos recuerda que queda la memoria, las imágenes riojanas que acuden en los duermevelas de la noche, las caras que vuelven con mensajes de ausencia: la evocación cristalina de la plazuela perdida.
La Plazuela
ALONSO CHÁVARRI
Aquella pequeña plazuela, en la que vistosas gallinas picamierdas escarbaban las camas humeantes de las mulas, las cerdas paridas de la corte hocicaban en el aguadojo y perros de lirones corrían tras el lomo erizado de gatos de nadie, cerraba el universo de mi primera infancia. Allí planeaba, con mis primos, inútiles trampas para los gorriones, mientras mi abuelo picaba remolachas y patatillas, preparando el caldero de los cochinos, y esperábamos que las vecinas acabasen las letanías del rosario, para que nos diesen la merienda: pan con vino y azúcar o una rebanada untada de manteca.
En la solana de aquella plazuela riojana jugábamos los niños a la tuta, a mandar a Roma los palos de las hinqueras o a formar un círculo, cogidos de la mano, y cantar: «Ya está el gato en la talega, qué brincos pega, qué saltos da...», a la vez que las comadres jugaban a la brisca y se decían: «Arrastra de triunfo, ha de ser un bisbís, solo tengo un perrillo, la polla de oros gana, yo pongo la puta de bastos...», mientras, ayudadas del moquero, gesticulaban con simulo.
Y el tiempo eterno de la niñez corrió inclemente, tornó veloz y desagradecido, voló deprisa, llevándose con él los rostros amigos de la solana, los juegos olvidados de la infancia, las costumbres lejanas de la tierra riojana; y todo pareció disolverse en la modernidad y en la distancia; mas siempre hay un eco que nos llama, que nos devuelve a la patria del hombre: la niñez, y nos recuerda que queda la memoria, las imágenes riojanas que acuden en los duermevelas de la noche, las caras que vuelven con mensajes de ausencia: la evocación cristalina de la plazuela perdida.
3 comentarios
Camarón -
Anónimo -
Francisco Javier Riaño Díez -
¿ O es el rincón de Julián y la Pilar y del balcón con la parra de su abuelo Paco el Raposo?
Para mí Miguel Angel, "el exacto", colega mío en el impartir la ciencia matemática es el Delibes de la Rioja.
Un recuerdo al pueblo que tan dentro llevo en mi corazón y a Miguel Angel que siga escribiendo, desenterrando y pregonando ese vocabulario local que a muchos tanto nos dice.
Francisco Javier Riaño Díez
COLEGIO LA SALLE
Av. El Cid, 23
09005 BURGOS
Tel.: 947 244544